Decenas de personas se colaban en las sillas destinadas para los medios de comunicación, porque la curiosidad las llevaba a acercarse a ver por qué había tantas cámaras de video apuntando hacia un banner repleto de marcas y fotografías.
El juego de los maestros es la despedida del tenista ecuatoriano Decenas de personas se colaban en las sillas destinadas para los medios de comunicación, porque la curiosidad las llevaba a acercarse a ver por qué había tantas cámaras de video apuntando hacia un banner repleto de marcas y fotografías. Cuando el tenista ecuatoriano Nicolás Lapentti salió desde atrás del banner, los curiosos se multiplicaron y el sonido de los disparos de las cámaras de los teléfonos celulares invadió el patio de comidas del Quicentro. Después de Lapentti apareció Carlos Moyá. El español fue presentado en un micrófono como toda una celebridad, seguido de aplausos y de una presentación un poco más silenciosa para el ecuatoriano Lapentti. El boletín de prensa, que fue enviado la semana pasada, invitaba a los medios de comunicación a estar presentes a las 11:50. Sin embargo, como casi siempre, la espera fue larga, hasta que, a las 12:30, la primera voz se anunció en el parlante y dio la bienvenida a los presentes. La rueda de prensa pretendía lanzar oficialmente el Juego de los Maestros, en el que el tenista guayaquileño hará su despedida del deporte profesional. Con nostalgia, Lapentti recordó algunas anécdotas del tenis pero, sobre todo, elogió la presencia de Moyá, que fue su rival en seis ocasiones. " Siempre me costó mucho ganarle, porque yo disfrutaba al verlo jugar" . Después de una corta intervención de ambos deportistas, empezó la ronda de preguntas de los periodistas. Cada comunicador trataba de tomar el micrófono, que terminó paseándose por todo el sector destinado para la rueda de prensa. Los fotógrafos buscaban los mejores ángulos: se colaban en medio de sus colegas, los empujaban. El encargado del evento trataba de mantener el orden, pero entre periodistas y curiosos no había diferencia alguna. Todos querían estar en primera fila. Cuando Lapentti y Moyá se levantaron de sus sillas para abandonar el lugar, fueron abordados por aficionados que les pedían autógrafos y fotografías. La gente se aglomeró en el espacio que estaba destinado para la entrega de las credenciales para el partido. Nuevamente, decenas de personas imposibilitaban el paso, impedían la salida de los deportistas y entorpecían la entrega de las credenciales. Moyá y Lapentti salieron sonriendo. Recordaban las canchas de arcilla. " Yo te gané dos veces ahí; tú, solo una" , le recordaba el español al ecuatoriano, mientras desaparecían detrás del banner en donde aguardaban los guardias de seguridad. (PAM) ... |