Un total de 120 competidores se inscribieron en la carrera. El primero, segundo y tercer lugar se hicieron acreedores a un premio de $500, $300 y $200, respectivamente
La carrera se inició a las 08:30 desde el sector de el tejar, en el centro de Quito Un total de 120 competidores se inscribieron en la carrera. El primero, segundo y tercer lugar se hicieron acreedores a un premio de $500, $300 y $200, respectivamente Todos los coches son fabricados de madera. Sin embargo, cada uno marcaba la diferencia por sus colores, sus leyendas y su forma. Todos se preparaban para recorrer 2,2 kilómetros desde el centro comercial Marín, sector El Tejar, hasta el centro comercial Montúfar, como parte de la celebración por fiestas de Quito. Manubrios de bicicleta y de automóvil, y el caucho de las llantas, estas también de madera, completaban la estructura de los carros que fueron conducidos cuesta abajo por niños y adolescentes de entre 9 y 16 años. Todos los pilotos asistieron bien protegidos con cascos, muñequeras y rodilleras, pues, en ocasiones, la velocidad suele superar al control del conductor en el momento de la llegada a la meta y suceden leves accidentes. Los padres de familia, en momentos más afanosos que los mismos competidores, dictaban directrices y recomendaciones. "Cuando salgas, tienes que mover el cuerpo de atrás hacia adelante para ganar impulso (...) Debes tomar la curva de esta manera", le decía a Sebastían, competidor de nueve años, su padre, al momento que giraba su cuerpo a manera de indicación. Su coche tenía la leyenda Land Rover. Para la tradicional carrera, que inició el pasado 24 de octubre, se incribieron 120 participantes. La segunda etapa de clasificación no se realizó debido a la lluvia, por lo que ayer, además de la final de la competencia, participaron los coches que no pudieron participar en esa etapa de clasificación. En total, fueron 32 participantes que partieron en mangas de cuatro y en tres categorías. Daban las 08:00 y los organizadores anunciaban el inicio de la campetencia. Sin embargo, el público asistente, entre los que se contaban familiares de los pilotos y curiosos, no despejaban la línea de partida. Tomó cerca de 15 minutos liberar la salida de transeúntes y, un poco más, acomodar a los participantes. Enseguida, la bendición de sus padres, el último retoque de aceite a los pernos de las llantas y partió la primera manga con el aplauso de las decenas de personas que se apostaron en las veredas de la calle Mejía para observar el paso de los coches. A gran velocidad, que puede llegar hasta los 80 km por hora, los coches descendieron por el centro capitalino, ante la mirada atenta de los espectadores. Unos pocos pilotos perdieron el control durante el trayecto, pero sin mayores consecuencias. El resto llegó hasta la meta, en donde fueron recibidos, nuevamente, entre aplausos y los abrazos de sus familiares. Al final, Cristian Vizcaíno, con un tiempo de 1minuto 27segundo y 57décimas, fue el vencedor de la trigésima novena carrera de coches de madera y se llevó un premio de $500. Joffre Gómez 1m30s27d y Fabián Caiza 1m31s39d se ubicaron en segundo y tercer lugar, respectivamente. Ellos recibieron un premio de $300 y $200. (RE) ... |